Gracias:

domingo

Tomó mi rostro entre sus manos y acercó su rotro al mío suficientemente lento como para recordarme a tener cuidado. Me besó suave, como un susurro en un primer momento y luego de repente fuerte y feroz. Intenté rocordar a ser amable con él, pero fué un arduo trabajo recordarlo en la arremetida sensación, difícil aferrarse a cualquier pensamiento coherente. Fué como él nunca me había besado, como si este fuera nuestro primer beso. Y en verdad, nunca me había besado de esta manera antes. Casi me hizo sentir culpable. Sin duda me encontraba en incumplimiento del contrato. No se me podía permitir esto, también.

No hay comentarios: